Por la mañana, Marcela y yo fuimos a visitar el interior de la mezquita Hassan II. Esta es una joya arquitectónica. Cada detalle fue perfectamente pensado, cada talla, ya sea de mármol, piedra, madera o yeso fue cuidadosamente diseñada y el interior está iluminado con hermosos candelabros. Este lugar tomo 6 años en construir y durante este tiempo tuvieron 10.000 trabajadores y 3000 artesanos.
Después recogimos el carro rentado que utilizaremos durante las próximas semanas.
Por la tarde, llegamos a Rabat y visitamos el Chellah y la Torre Hassan. Ambos lugares hermosos con diseños árabes. En el Chellah vimos las ruinas romanas que aunque no están muy bien conservadas, dan a los visitantes una idea de como era un complejo romano.
Luego salimos a buscar el apartamento que habíamos rentado para pasar la noche, pero no podíamos encontrarlo con la dirección que nos habían dado, así que le preguntamos a un señor en un cafe. El señor que nos empezó a ayudar tampoco entendía muy bien la dirección, pero nos pregunto que si teníamos un número de teléfono, así que se lo dimos. Después de varios intentos, el dueño del apartamento respondió el teléfono y dijo que no encontraba ninguna reserva y que llamáramos más tarde. Después de unos 20 minutos nos llamó para decir que el apartamento que el tenia era solo para 4 personas y que no podíamos quedarnos allí y que iba a cancelar la reserva. En este momento, Halid, el señor que nos estaba ayudando, se enfadó y llamó a la policía. Aquí es donde las cosas se empezaron a salir de nuestras manos. La policía apareció y quería que denunciáramos al dueño del apartamento, pero nosotros nos negamos a denunciarlo. Después de más intentos de llamadas telefónicas y de conversar a través del sitio web con el que reservamos el lugar, el tipo aceptó darnos el apartamento. Ya eran las 11:30 p.m., estábamos cansados, frustrados y moralmente decepcionados.
Tengo que decir que llegamos a un apartamento con un calentador de agua de propano con escape dentro de la casa … Algo un poco peligroso, pero bueno, lo importante es que el lugar tenía un par de habitaciones y pudimos dormir cómodamente.
Muy bien Marruecos, tres de tres … ¡solo podemos esperar que las cosas mejoren o empeoren!
Salimos temprano el 26 de abril para visitar Oudayas, un cementerio en Rabat. Luego visitamos la Medina, donde caminamos por las estrechas calles y nos perdimos explorando cada rincón. Almorzamos en un restaurante local dentro de la Medina.
Por la tarde salimos para Chefchouen, la ciudad azul de Marruecos. Condujimos a través de hermosos paisajes, la mayoría de ellos utilizados para la agricultura. Llegamos en la noche. Marcela y su prima fueron a buscar el lugar donde vamos a dormir, que esta ubicado dentro de la Medina, una hermosa casa de huéspedes en la colina. El dueño era un señor muy charro y seguía diciendo “No pasa nada”.