El 9 de enero tomamos el Shinkansen hacia Nagano. Al llegar, compramos los boletos de bus para ir al parque de micos Jigokudani y ver a los micos de la nieve. Después de una hora y 15 minutos llegamos a la entrada del parque; desde allí caminamos 1,6 km a los manantiales.
Al principio solo había un par de micos en el agua y pensamos que iba a ser otra de esas experiencias que solo ves en el canal NatGeo. Sin embargo, aproximadamente media hora más tarde llegaron más micos y comenzaron a llenar la piscina. La escena se vuelve más interesante cada minuto mientras los monos se relajan y se consienten unos a otros. También hubo un par de peleas entre ellos. Después de una hora y media de estarnos congelando, decidimos comenzar a caminar hacia la salida.
Cogimos el bus a la estación de tren y subimos al tren local. Bajamos en Obuse, una pequeña ciudad con arquitectura tradicional japonesa. Lamentablemente, llegamos un poco tarde para entrar a algunos de los museos. Caminamos por las calles durante más de una hora y tomamos el tren a Nagano.
Al llegar a Nagano visitamos el Templo Zenko-ji, se cree que la figura de Buda que hay en este templo fue la primera que llego a Japón. El templo es otra de esas estructuras impresionantes.
Desde el Templo Zenko-ji caminamos por la calle principal hacia el centro de la ciudad de Nagano. La ciudad tiene un ambiente muy agradable con excelentes cafés y restaurantes.
En la noche tomamos el Shinkansen a Kanazawa donde encontramos un muy buen hotel por un muy buen precio!