En la mañana del 10 de enero tomamos el tren a Matsumoto. Visitamos el Castillo de Matsumoto, el castillo de madera más antiguo de Japón y uno de los cuatro castillos designados como Tesoros Nacionales. Aquí conocimos a Fumio, un guía voluntario que nos mostró el castillo y nos explicó mucho sobre la historia de la ciudad, el castillo y los alrededores. Fumio es un ingeniero jubilado de 82 años pero tiene la energía de una persona de 50 años; él subía y bajaba las escaleras del castillo como si nada. Los voluntarios tenían un letrero en la puerta que decía “solo aceptamos sonrisas como pago”. ¡Qué personas tan adoradas!
Fumio también nos recomendó dar un paseo por la calle Nawate-dori. Esta es una de las calles más antiguas de Matsumoto y tiene casas hermosas con arquitectura tradicional japonesa.
Por la tarde regresamos a Kanazawa solo para encontrar un clima horrible, pero una nevadita no va a detenernos… Por la tarde, tomamos el bus a Higashi-chayagai, también conocido como Higashi Geisha District. Esperábamos encontrar una geisha, pero desafortunadamente debido al clima nadie estaba en las calles. Podíamos escuchar geishas tocando música dentro de algunas de las casas pero no pudimos ver a nadie caminando por las calles.
Terminamos el día con lo que podría ser la peor experiencia gastronómica. Pedimos calamares, un aperitivo para compartir y aquí es donde las cosas se ponen feas. Llegaron los calamares, era un plato con 4 calamares pequeños en una salsa sobre una hoja de lechuga. Estaban completos, sin limpiar, ni cocinar. Marcela fue lo suficientemente valiente como para probarlos primero, pero la cara que hizo lo dijo todo… al morderlo, los ojos explotan en tu boca, el cerebro se rompe en pedazos… bueno, se mezclan todas las cosas; dejando un sabor desagradable en tu boca. Era una cosa hasta difícil de tragar, afortunadamente teniamos agüita para pasar el mal sabor. Este fue la primera y ultima vez que pedimos calamares en Japón que no diga “frito” en el menú.
En la mañana del 11 de enero visitamos el mercado Omicho en Kanazawa, con una gran variedad de mariscos y vegetales. Este es un lugar muy concurrido entre los locales; ni siquiera el clima impide que las personas visiten este lugar.
Alrededor del mediodía fuimos a caminar por el Castillo de Kanazawa. Este lugar se ve hermoso con la nieve fresca en el suelo, sin embargo hace demasiado frío para estar afuera por mucho tiempo, pero logramos tomar unas buenas fotos.
Después del almuerzo volvimos a Higashi-chayagai, también conocido como el Distrito Geisha Higashi, para visitar Shima, una antigua casa de geishas de 1820. Este lugar muestra el diseño de una casa de geishas tradicional y los instrumentos que utilizan para entretener a los clientes, ademas tiene una hermosa colección de objetos personales utilizados por las geishas.
En la tarde, tomamos el tren local hacia Kioto. Hay algunos lugares que no hemos visitado que queremos conocer. Llegamos por la noche al apartamento más pequeño que hemos visto, sin embargo, cómodo y limpio.